Hace un tiempo ya escribí algunas ideas para identificar una dieta milagro, pero partiendo de la base de que la mayor parte de las dietas se prescriben cuando el interesado o la interesada quiere perder peso (lamentablemente), estos son los 3 puntos clave que delatan a toda dieta milagro:
- Te dicen que no puedes comer más de X calorías. Se trata de una recomendación basada en la desfasada teoría de las calorías ingeridas / calorías gastadas. Lo importante no es el número de calorías, es de dónde vengan y cómo afectan a tus hormonas.
- Te dicen que no puedes comer más de X gramos al día. De nuevo, una recomendación basada en la teoría de que cuanto más comas, más engordas, sin más. Si los alimentos que ingieres son saciantes y no adictivos, el cuerpo sabe cuando parar. Lo que fallan son los alimentos, no la cantidad.
- Te restringen los alimentos que contienen mayor concentración de nutrientes esenciales. A esta recomendación milagrosa la llamo yo «Dieta de llenar la panza» y poco más.
Evidentemente este tipo de dietas se pueden seguir durante un tiempo y conseguir algún beneficio, sobre todo si tu alimentación anterior era un completo desastre, pero a la larga son totalmente inviables. No puedes pasarte toda tu vida con la calculadora en mano contando las calorías de cada cosa que comas, ni con una balanza pesando cada plato que te ponen delante, es que no tiene ningún sentido. Más aún cuando los requerimientos de cada persona van cambiando a lo largo de una vida. Y sobre aconsejar comer alimentos más pobres nutricionalmente solo por evitar otros porque tengan proteínas o algo de grasa resulta absurdo.
La mejor dieta es aquella que educa y no simplemente recorta porque si, la que enseña como alimentarse a partir de los ingredientes más nutritivos, la que te explica que calidad es mejor que cantidad, la que señala como importantes aquellos alimentos que han formado parte de nuestra evolución como especie junto con algunos más que se han demostrado beneficiosos, la que es óptima a los 10 años, a los 30 y a los 70.
El resto, modas pasajeras más o menos financiadas.

– Hijos, no os comáis ese gusanito que os pasaréis de vuestro máximo de calorías, picad un poco más de hierba que pesa poco.